En ambas cosas estaba en lo cierto. Cuando ví sus conocidas y habituales películas violentas, (Violent cop, Boiling point, Sonatine, Hana-Bi y Brother), me fascinó su manera de plasmar esa violencia, diferente sin duda a casi todo lo visto,original muchas veces, aunque no carente de influencias, como por ejemplo de Kurosawa.
De otro lado, cuando ví ésta de Kikujiro, exceptuando los primeros quince minutos que se me hicieron un poco pesados, me dí cuenta que estaba ante un film mágico, una historia preciosa, la de un adulto que aprende de un niño, y un niño que necesita el cariño de ese adulto, pues ambos sufrieron lo suyo al ser abandonados por sus respectivas madres.
Lo más destacable de la película es que ese adulto no es, ni de lejos, un ejemplo para el niño, al contrario, es un impresentable y un amoral de padre y muy señor mío. En el camino, por cariño hacia el niño, obliga a otros adultos a divertirle, a que intenten hacerle feliz. Eso le llega a cualquiera al alma. La parte final es ENTRAÑABLE y MUY DIVERTIDA. Ojo a los dos moteros japoneses que parecen duros y resultan ser adorables.
La música de Joe Hisaishi, habitual con Kitano es, simplemente, PRECIOSA. Mi nota personal para ésta película es un 9. Lástima el comienzo tan lento en mi opinión, pero todo lo demás es digno de ser visto y oído.
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