domingo, 25 de abril de 2010

"EL VERANO DE KIKUJIRO" (Kikujiro no natsu, 1999)

De Takeshi Kitano sabía antes de ver ésta película, que era conocido por hacer un cine bastante explícito en lo que a violencia se refiere. También sabía que "El verano de Kikujiro" era una rareza en su filmografía, por ser, básicamente, tierna y divertida, aunque no exenta de cierto dramatismo.
En ambas cosas estaba en lo cierto. Cuando ví sus conocidas y habituales películas violentas, (Violent cop, Boiling point, Sonatine, Hana-Bi y Brother), me fascinó su manera de plasmar esa violencia, diferente sin duda a casi todo lo visto,original muchas veces, aunque no carente de influencias, como por ejemplo de Kurosawa.
De otro lado, cuando ví ésta de Kikujiro, exceptuando los primeros quince minutos que se me hicieron un poco pesados, me dí cuenta que estaba ante un film mágico, una historia preciosa, la de un adulto que aprende de un niño, y un niño que necesita el cariño de ese adulto, pues ambos sufrieron lo suyo al ser abandonados por sus respectivas madres.
Lo más destacable de la película es que ese adulto no es, ni de lejos, un ejemplo para el niño, al contrario, es un impresentable y un amoral de padre y muy señor mío. En el camino, por cariño hacia el niño, obliga a otros adultos a divertirle, a que intenten hacerle feliz. Eso le llega a cualquiera al alma. La parte final es ENTRAÑABLE y MUY DIVERTIDA. Ojo a los dos moteros japoneses que parecen duros y resultan ser adorables.
La música de Joe Hisaishi, habitual con Kitano es, simplemente, PRECIOSA. Mi nota personal para ésta película es un 9. Lástima el comienzo tan lento en mi opinión, pero todo lo demás es digno de ser visto y oído.

domingo, 18 de abril de 2010

"ZOMBIE" (Dawn of the dead, 1978)

Fué de las primeras películas de terror que casi ví completa cuando era un crío, como de unos diez o doce años. No fuí capaz entonces de terminarla, porque había cosas durillas y desagradables en ella. Unos años más tarde la ví completa, y desde entonces me ha fascinado siempre.

"Zombie" para mí es una película de aventuras, casi como de cómic, apocalíptica y tremendamente cautivadora. Los muertos vivientes probablemente no den miedo en apariencia, pero la sóla idea que alguna vez un ser querido fallecido volviese a la vida como un ser sin sentimientos, irracional, un animal ávido de comer carne humana, es algo de por sí escalofriante. Las películas de zombies por antonomasia son las George A. Romero, el cual critica de manera evidente un montón de cosas de la sociedad de cada época en que se hicieron. En ésta, la principal crítica es hacia el consumismo. Los muertos vivientes vuelven al centro comercial donde se pasaron buena parte de su vida, atraídos por la música, los colores y lo llamativo en general de los escapartes de las tiendas. Realmente, (y ésto es lo escalofriante), no hay mucha diferencia entre lo que hacían en vida y lo que hacen ya muertos. Es todo rutina. Ellos son nosotros y nosotros somos ellos.

"Zombie" cuenta cómo el mundo está siendo invadido por muertos vivientes. Cuatro personajes fundamentales en la trama, huyen a un gran centro comercial, en donde se refugian por un tiempo de todos esos peligros. Son dos geos, un piloto de helicóptero, y su mujer, la cual trabajaba en la televisión. Tienen a su alcance de todo; armas, comida, herramientas, juegos de ocio... el problema es que no pueden o no deben salir de alllí, por lo que estudian bien el edificio en su totalidad, se libran de los zombies que por allí dentro pululaban, y cuando ya lo tienen todo controlado... al final, (y no lo desvelo)... básicamente nos hacemos la puñeta entre humanos, es decir, que ante una situación límite, lejos de luchar juntos por salir adelante, los pocos supervivientes que quedan se hacen la vida, (ya de por sí difícil), poco menos que imposible.
Es la moraleja en éste tipo de películas, aunque también en las de extraterrestres que invaden la Tierra, ó las de catástrofes naturales; en situaciones límite, a veces, sacamos lo peor que hay en nosotros, ú otros sacan lo peor que hay en ellos.

De lo mejor de la película es cuando la mujer pide a los tres hombres que la enseñen a disparar y a pilotar el helicóptero, para, en caso de verse sóla, poder defenderse y huir si fuese menester. También a destacar la parte final, tremenda, en que cambian las cosas de forma radical a como las estábamos viendo. Los dos personajes que encarnan Scott Reiniger y Ken Foree, es decir, los geos o "swats", aportan seguridad, pero al mismo tiempo, inestabilidad, sobre todo el primero de ellos. La música "psicodélica" de "Goblin", el grupo italiano, es inquietante y 100% adecuada a la atmósfera siniestra de la película. Por último, y no menos importantes, los maquillajes y los efectos de explosiones de partes de la anatomía de los zombies y de algunos "vivos", por parte de Tom Savini, que son espectaculares y demenciales para la época. El único fallito, (aunque perdonable), es el tono azulado en los rostros y el cuerpo de los muertos vivientes, pero superada la primer impresión, no afecta en nada al resultado final, que es muy bueno.

Con ésta película especialmente me pasa una cosa; dura unos 115 minutos, en el montaje europeo, un poco más en el americano, y casi dos horas y media en el montaje del director... pero en todas piensas "¡qué pena que no dure más!". Siempre hay ganas de más en una historia así, y por eso me gusta tanto.

Un 10 le doy a ésta obra maestra del cine fantástico y de terror, que ofrece de todo; suspense, acción, drama, gore, humor, aventuras, crítica social... es lo más completo que puede verse. No puedo evitar recordarla cada vez que piso uno de esos centros comerciales, hoy tan abundantes.

"SUPERMAN III" (1983)

Las películas de super héroes, basadas en cómics o no, siempre me han gustado, pero para verlas una vez y poco más. Eso sí, esa única vez suelo disfrutarlas mucho.

"Superman III" no me cansaré nunca de verla. No hay año que no la vea al menos una vez desde hace décadas. Es la más cómica de las cuatro de la saga, y junto a la primera, la que más me ha gustado de siempre. El punto cómico se lo dá Richard Pryor, sin duda, pero la vis cómica de Christopher Reeve sale a relucir también, sobre todo cuando encarna a Clark Kent, en forma de torpezas, más numerosas que de costumbre. Me encanta la secuencia en la bolera, cuando estornuda y hace que la bola que lanzó el hijo de Lana Lang salga disparada y acabe destrozando los bolos. Muy buena, divertida, y muy bien hecha.

Lo mejor de la película, sin duda alguna, es esa parte en que Superman, por el efecto nocivo de la kriptonita como regalo envenenado que le dieron momentos antes, se transforma en alguien verdaderamente malvado, el peor de los demonios. Comienza a llegar tarde a todo, no pudiendo evitar alguna que otra tragedia. Se deja arrastrar por una mujer, olvidándose de lo que mejor sabía hacer, que era salvar vidas. Incluso, en secuencias de cierto humor negro, endereza la Torre de Pisa, apaga la llama olímpica en plena ceremonia de inauguración de los Juegos, ó se dedica a tirar "panchitos" con el dedo, rompiendo botellas con ellos, en un bar al que poco a poco llega gente estupefacta, que no puede creer lo que vé; Superman se ha dado a la bebida y está fuera de sí, hasta el punto de aparecer ya dejado, con barba de unos días y el traje oscuro y roñoso. Entonces llega el momento culminante, de ésta película y de cualquiera que haya querido plasmar ese duelo particular con eso que todos hemos tenido o tendremos alguna vez; nuestro lado oscuro. El enfrentamiento entre el Superman malvado y el Clark Kent bueno, que tiene lugar en un cementerio de coches, es a mi modo de ver, el mejor enfrentamiento de uno mismo con su lado oscuro jamás plasmado en el cine, y aunque pueda sonar exagerado, pocas veces o ninguna lo he visto tan bien escenificado y rodado.

Mi nota para "Superman III" es un 9, y para mí es la película de super héroes que más me ha gustado de largo. Admito que hay un componente sentimental importante, porque la primera vez que ví ésta película fué con mi padre, que fué quien me enseñó a amar el cine. Fué inolvidable, me lo pasé muy bien.

sábado, 17 de abril de 2010

"EL GRAN SILENCIO" ( Il grande silenzio, 1968)


He visto cientos de westerns, de todo tipo, ya sean americanos clásicos, los llamados crepusculares, ó los europeos, los denostados aunque cada vez más reconocidos "spaghetti westerns". Bueno... pues "El gran silencio" es otro mundo.
Dirigida por el italiano Sergio Corbucci, en nuestro país ha sido una completa desconocida hasta hace un par de años o así, cuando fué editada en dvd, pues en su época, finales de los sesenta fué censurada y no pudo verse en nuestros cines. Aconsejo de entrada verla en italiano, francés o inglés con subtítulos en castellano, pues el doblaje que se ha hecho para el citado dvd es espantoso. Y otra cosa; quien vea ésta película descubrirá de una vez por todas que no sólo Leone hizo obras maestras en éste género que es el western europeo, aunque para muchos sea un subgénero.
"El gran silencio" es bella y sórdida a la vez. Fué rodada en las montañas nevadas de Cortina D'Ampezzo, en Italia. El contraste entre el blanco de la nieve y el rojo de la sangre, los planos entre la niebla, el frío que casi nota uno en sus carnes... y esa historia.. ¡qué bien contada está!.. todo eso te deja petrificado en el asiento de principio a fin. Uno termina pensando que ha visto una obra maestra, culminada con un final ESPECTACULAR, por desasosegante y pesimista a más no poder. La música de Ennio Morricone sorprenderá a los que creían que todas sus bandas sonoras para éstas pélículas eran del estilo a la famosa y espléndida "trilogía del dólar" de Leone.. ni por asomo... es melancólica, bella, genuina.
La película cuenta, entre otras cosas, cómo cazarecompensas que cogen a sus víctimas y las matan sin ningún miramiento, guardan sus cuerpos bajo la nieve para conservarlos mejor antes de cobrar la recompensa. O cómo alguien que quiere acabar con tanta crueldad, (pues ya todos tienen un precio y se mata casi por costumbre), es un pistolero mudo, el cual no articula palabra en toda la película, que acaba con una mirada de niño indefenso y asustado cuando antes parecía impertérrito e invulnerable. Fascinante Jean Louis Trintignant como Silencio, y tremendo Klaus Kinski como Tigrero ó Loco, según si la versión es europea o americana. Y maravillosa una secuencia romántica y erótica a la vez (impropia del género donde casi todas las mujeres eran o putas o violadas), entre Silencio, (Trintignant), y la mujer, encarnada por Vonetta Mc Gee.
"El gran silencio" es una película única, insisto, pues mezcla como pocas, imágenes bellas con otras tremendas, por duras y siniestras. El final es inolvidable. La aconsejo para quien no le guste el western, por ser diferente a casi todo lo visto. Y la recomiendo encarecidamente a quienes les guste el género, por ser de lo mejor que puede verse. Un 10 para ésta película.

"LAS VERDES PRADERAS" (1979)


Siempre diré que el cine de Jose Luis Garci me gustaba mucho más antes que ahora, es decir, en los setenta y ochenta infinitamente más que las últimas tres décadas.


"Las verdes praderas" es la historia de amor más bonita que jamás haya visto plasmada en la pantalla grande... ¿y por qué?.. pues porque no es la típica película "chico conoce a chica, chico se enamora de chica, chica le corresponde y final feliz"... NO. Es la historia de una pareja madura, ya casada y con hijos, que se quieren pese a las adversidades, que no son pocas. Jose Rebolledo (Alfredo Landa), es un trabajador nato, con una paciencia infinita, el cual intenta disfrutar cada fin de semana con su mujer, Conchi (María Casanova), y sus hijos, en un chalet en la sierra. Pero las visitas de la familia, con un molestísimo cuñado y una aún más impertinente suegra (Irene Gutierrez Caba), y el que, a pocos metros de su lugar de retiro y sosiego, también pasen los fines de semana su jefe y su compañero de trabajo, ambos arrogantes que constantemente infravaloran a Rebolledo, hacen que la vida de la pareja, (sobre todo el pobre y santo Rebolledo), sea poco menos que una tortura o una condena.

El título, "Las verdes praderas" es pura ironía, pues esas "idílicas" verdes praderas son en realidad un campo de minas para la felicidad. La película contiene verdaderas putadas al protagonista. Por ejemplo... ¿que quiere descansar después de pasar una tarde apasionante de mus con su suegra y su cuñado? No, porque dicho cuñado ha perdido las llaves de su vehículo y por ello al pobre Rebolledo no le queda otra que llevar a todos en su coche a Madrid, para volver luego a la noche.. y de ahí.. ¿a la cama? Tampoco, porque tiene que ir de invitado al cumpleaños de la mujer del jefe... y así.. de principio a fin.
Pues bien... en ese final, un diálogo MEMORABLE de Rebolledo con su Conchi, llega el momento álgido del film, con frases como éstas del personaje de Landa (más o menos textuales pero honestas en cualquier caso); ".. y un día te mueres, y se te queda esa carita de gilipollas, porque es que nunca has hecho lo que realmente querías.." ó "...y te das cuenta que has trabajado para Phillips, para Zanussi, para el Corte Inglés y su puta madre..", a lo que la mujer responde "Yo también he renunciado a muchas cosas.." y Rebolledo la termina diciendo "No, si no te digo nada, si lo único que he hecho a mi gusto ha sido casarme contigo" y ella "Y yo". La habré visto como diez ó doce veces, pero nunca dejaré de emocionarme con ésta secuencia. Y también con el final, que no desvelaré, pero que si diré que en su día fué aplaudido en los cines donde se proyectaba. Es exagerado quizás, pero un servidor probablemente haría lo mismo que hace la protagonista.

Mi nota personal para ésta película es un 10, tanto por la verdad que transmite el reparto como por la historia que se cuenta.

viernes, 16 de abril de 2010

"EL SUPER POLI" (Piedone lo sbirro, 1973)





Para mí ésta película es completa como pocas, una de mis favoritas de entre las miles que he visto. Siempre mantendré que las películas de Bud Spencer, (de nombre real Carlo Pedersoli), han conseguido en mi caso lo que muy pocas; hacerme pasar buenos ratos en momentos no tan buenos, y eso siempre es de agradecer. A mí éste hombretón me ha caído siempre fenomenal, y después de conocerle personalmente en un festival de cine que le homenajeó en 2004, (Peñíscola), aún le admiro más. Es grandote y afable como en la gran mayoría de sus películas.

Con "EL SUPER POLI" ,(título tópico y poco afortunado para el que creo es el mejor film en solitario de Bud Spencer), comenzó una saga, la del comisario Rizzo, alias Flatfoot, policía de Nápoles, el cual no usaba pistola, y sí los puños. Hasta ahí podría quedar la cosa como la típica película que hizo popular a éste actor italiano y a su habitual partener, Terence Hill, (en realidad Mario Girotti), es decir, peleas en plan cómico para pasar un rato divertido. Pero la cosa se pone interesante, cuando vemos que el personaje que encarna en ésta película es un policía serio e inteligente, que se muestra implacable con chulos que maltratan a las prostitutas que trabajan para ellos, ó traficantes de droga, los cuales comienzan a repartirla gratuitamente entre chavales de instituto "para crear el hábito", consiguiendo que éstos roben luego a sus propios padres para poder pagarla en adelante. De otro lado, es condescendiente con raterillos de poca monta y mucha necesidad, con detalles como aquel en que avisa a una viejecita que vende tabaco de contrabando de la llegada de un coche de la policia, la misma para la que él trabaja, ó un ladrón de familia numerosa, que come en la pensión donde vive el propio comisario. Incluso paga por algunos chivatazos a un enano chepudo, que será determinante en la parte final de la historia.

Hay momentos memorables, como el preciso instante en que el comisario entra en un cuarto de la pensión en donde se hospeda desde hace años y descubre cómo Salvatore, el hijo de la dueña de la pensión y casi como un hijo para él, está robando dinero para conseguir más droga. O cuando el comisario dá un severo correctivo a un chulo de tomo y lomo, Ferdinando "Il varone", con violencia sí, pero es que ese "valiente" ordenó antes a cuatro de sus sicarios que rajasen la cara a una de las prostitutas que trabajaban para él, por no darle el dinero que las exigía (es de esos momentos que plantea el dilema "es violento pero un tipo así, cobarde y arrogante, lo merece"). Por último, me llegó al alma todo lo relacionado con Genarino, el citado raterillo de poca monta que come en la pensión del comisario, y con el jorobado, Beppino ,especialmente la parte final.

En las secuelas posteriores a "El super poli", ("Pies grandes", "¡Puños fuera!" y "Zapatones"), el comisario saldrá de Nápoles y viajará a lugares más bien exóticos, como Hong Kong, Bangcock, Johannesburgo y El Cairo, con ayuda de su inseparable brigada Caputo, e incluso en las dos últimas citadas, con el niño zulú, Bodo. Pero eso ya son otras historias, y aunque son entretenidas y más cómicas, me quedo con ésta primera, sin duda.

Mi nota personal es un 10. Vale la pena y sorprenderá a muchos.